Colesterol alto: síntomas, causas y tratamiento

Las enfermedades cardiovasculares suponen la principal causa de muerte en todo el mundo. Cada año, fallecen a nivel global 17,5 millones de personas como consecuencia de una patología en el sistema circulatorio, siendo la cardiopatía isquémica la más común, seguida del accidente cerebrovascular. El colesterol alto es un claro desencadenante de problemas en el corazón y, si no se controla, puede costarle al paciente la vida.

La hipercolesterolemia, también conocida como “colesterol alto” popularmente, tiene una prevalencia estimada en España del 50 % de la población adulta. Solo el 23,7 % del total estaría tratándose esta condición y el 13,2 % controlándola. El 31 % de las defunciones en este país son atribuibles a enfermedades cardiovasculares, de las cuales hasta el 24 % tienen como sospechoso principal el colesterol alto.

Con estas cifras en mano, queda más que claro que la hipercolesterolemia es un problema de salud que no se puede dejar pasar. A continuación se exponen los síntomas, las causas y el tratamiento del colesterol alto.

¿Qué es el colesterol?

El colesterol es una sustancia cerosa similar la grasa que se encuentra en todas las células del cuerpo humano. Este compuesto es necesario para nuestro metabolismo, ya que participa en la síntesis de hormonas, vitaminas y sustancias que ayudan a digerir alimentos. Se encuentra en las membranas plasmáticas de los cuerpos celulares eucariotas, los tejidos corporales de todos los animales y el plasma sanguíneo de los vertebrados.

Hay 2 tipos principales de colesterol:

  • Colesterol LDL: se conoce como “malo”, ya que es la principal causa de obstrucción de los vasos sanguíneos. Un nivel elevado de colesterol LDL en sangre siempre es una mala señal.
  • Colesterol HDL: es el colesterol bueno, pues ayuda a eliminar el malo del torrente sanguíneo transportándolo hasta el hígado. Un nivel elevado en sangre (dentro de los límites normales) se considera positivo, ya que podría prevenir la aparición de patologías cardiovasculares.

Otro de los parámetros que se suele medir en las analíticas sanguíneas es el colesterol total, es decir, la suma de LDL y HDL. Se establece un límite normal entre 125 y 200 miligramos por decilitro (mg/dL), pero el valor saludable de LDL aislado casi siempre debe ser menor de 100 mg/dL. Cuando hablamos de colesterol alto en sangre (hipercolesterolemia), en general se debe a un aumento del colesterol malo (LDL).

Síntomas del colesterol alto

El colesterol alto no reporta síntomas específicos durante su desarrollo, de ahí su peligrosidad. De todas maneras, la formación de placas arteriales que suele conllevar sí que cursa con signos clínicos cuando aparece otra enfermedad derivada. Algunos de los más comunes son los siguientes:

  • Enfermedad coronaria: dolor de pecho, náuseas, fatiga extrema, falta de aire, entumecimiento de las extremidades y dolor en cuello, mandíbula o región abdominal superior.
  • Accidente cerebrovascular: pérdida de balance y coordinación, mareos, asimetría facial, confusión, visión borrosa y más.
  • Ataque cardiaco: dificultad para respirar, fatiga excesiva, mareos, náuseas, indigestión y sensación de ardor en el pecho, entre otros.

Como esta patología no muestra síntomas hasta que se desarrollan otras enfermedades accesorias, es necesario realizar analíticas sanguíneas periódicas. Solo así se puede descubrir una hipercolesterolemia antes de que se traduzca en efectos graves.

El cansancio es un síntoma de colesterol alto.

Causas del colesterol alto

Muchos factores controlables pueden desembocar en este cuadro clínico. Llevar una dieta inadecuada, fumar, no hacer ejercicio y el alcoholismo son algunos de sus desencadenantes más habituales. De todas formas, también existen ciertas enfermedades que pueden desembocar en una hipercolesterolemia a pesar de mantener un estilo de vida saludable. Entre ellas, destacamos las siguientes:

  • Enfermedad renal crónica: en esta patología, los riñones están dañados y no pueden filtrar la sangre como deberían para producir la orina.
  • Diabetes: la diabetes ocurre cuando no se produce suficiente insulina o esta no ejecuta su función adecuadamente. Como consecuencia, aumentan los niveles de glucosa en sangre y varios sistemas pueden verse afectados.
  • VIH: algunos medicamentos contra el VIH también pueden aumentar el riesgo de hipercolesterolemia.
  • Hipotiroidismo: cuando los niveles de hormonas tiroideas en el organismo son bajos, el colesterol malo no se descompone y elimina como debería.
  • Lupus: el lupus es una enfermedad autoinmune que puede dañar muchas partes del cuerpo.

Diagnóstico

Diversos especialistas recomiendan realizarse un análisis sanguíneo general cada año para establecer un perfil de salud de toda persona. Esta prueba de sangre suele determinar los niveles de colesterol, triglicéridos, glucosa y el estado de las células circulantes. De todas formas, también puede ser necesaria la realización de análisis algo más exactos o fuera de la rutina si se presentan factores de riesgo, como hipertensión, diabetes tipo 2 y otras condiciones.

Los niveles de colesterol en sangre se suelen presentar en forma de 3 parámetros: LDL, HDL y colesterol total. Además, se suelen acompañar del valor de triglicéridos en sangre, otro parámetro que en exceso se asocia a enfermedades cardiovasculares. Como hemos dicho en líneas previas, a la hora de detectar una hipercolesterolemia se presta especial atención al LDL.

Tratamiento del colesterol alto

En la inmensa mayoría de los casos, el primer paso para tratar el colesterol alto es cambiar el estilo de vida. Puede plantearse una dieta especial para reducirlo, la cual se basa en los siguientes pilares:

  1. Diversificar la dieta, prestando especial atención a frutas frescas, verduras y cereales de grano entero.
  2. Limitar la ingesta de alimentos grasos.
  3. Limitar el consumo de ingredientes altos en colesterol, como los huevos.
  4. Comer más alimentos con fibra.

Algunas personas con el colesterol alto son capaces de llegar a los valores deseados con los cambios alimenticios citados, pero en otros casos con esto no basta. Existen diversos fármacos (estatinas, inhibidores de la absorción del colesterol, inhibidores de la PCSK9 y otros muchos) que permiten reducir este parámetro a nivel farmacológico. Hay que tener en cuenta que la tolerancia a estos medicamentos varía y pueden ser necesarias pruebas de funcionalidad hepática para asegurar que no se están produciendo daños en el hígado.

Tratamiento del colesterol alto.

Prevención

Como hemos dicho en líneas previas, muchos de los desencadenantes de la colesterolemia son prevenibles. Existen muchas estrategias para prevenir este cuadro, pero todas pasan por los siguientes puntos:

  • Limitar el consumo de alimentos ricos en grasas de origen animal y ultraprocesados (bollos, patatas fritas y más).
  • Mantener un peso saludable y, si lo recomienda un nutricionista, intentar bajarlo.
  • Si se consume tabaco, intentar dejar de fumar.
  • Beber alcohol con moderación.
  • Seguir una dieta que ponga énfasis en cereales integrales, vegetales y frutas.
  • Controlar el estrés, ya sea de forma autónoma o con ayuda profesional.

Más allá de los cambios en la rutina, realizarse un análisis de sangre general cada año es esencial para detectar un colesterol alto antes de que derive en problemas serios.

 

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